Constructivismo social

El constructivismo social enfatiza la naturaleza colaborativa del aprendizaje y la importancia del contexto cultural y social. El aprendizaje se basa en la integración, el establecimiento de relaciones y la ampliación de esquemas de conocimientos presentes en el individuo. A su vez este requiere de interacciones significativas entre personas dentro de un ambiente que favorezca la colaboración, la investigación y la creatividad para solucionar problemas. Por lo tanto, el conocimiento es construido dinámicamente a través de relaciones entre personas y sus ambientes físicos y sociales (UCD Dublin, s.f.).

Aunque existen múltiples escuelas, sus fundamentos teóricos se basan en los estudios realizados por Jerome Bruner, Jean Piaget y Lev Vygotsky. Este último introdujo el concepto de constructivismo social. Los principios básicos de esta teoría son: las escuelas deben proporcionar aprendizajes y experiencias contextualizadas en el mundo real; el aprendizaje es un proceso dinámico constituido por una serie de etapas de adaptación a la realidad durante las cuales los estudiantes construyen activamente el conocimiento, creando y comprobando sus propias teorías del mundo; y por último Vygotsky establece que el conocimiento se desarrolla como resultado de las interacciones sociales y el uso del lenguaje (UCD Dublin, s.f.). El proceso de aprendizaje parte de las experiencias del alumno; la construcción de significado es un proceso activo y continuo, en el que se crean situaciones de conflicto, cuya resolución contribuye al aprendizaje significativo (Coll, 2002). Vygotsky señala el papel del contexto social y cultural pues es este el que proporciona las herramientas cognitivas necesarias para la construcción del aprendizaje. Las herramientas son el lenguaje, la historia cultural, el contexto social y las tecnologías de la información y la comunicación (UCD Dublin, s.f.).

Crear experiencias significativas, generar un ambiente colaborativo y ayudar a los alumnos a ver el valor de lo que están aprendiendo son estrategias muy poderosas para motivarlos. Pero ¿cómo podemos implementar esto en el aula? Expedición Aprendizaje es una experiencia formativa que comparte contigo la experiencia colectiva de +100 educadores de los centros más innovadores del mundo.

En el constructivismo social el alumno está involucrado activamente en el proceso de aprendizaje y se responsabiliza de este. Los estudiantes construyen su propio conocimiento sobre sus esquemas previos y su experiencia. Este conocimiento es co-construido entre los individuos que constituyen la comunidad. Se define la zona de desarrollo próximo (ZDP) como el proceso por el cual los estudiantes pueden llegar a comprender conceptos más complejos con la ayuda de adultos u otros estudiantes más avanzados (UCD Dublin, s.f.).

El profesor guía y apoya a los estudiantes durante el proceso de aprendizaje. Teniendo en cuenta los conocimientos previos y experiencias que los alumnos traen a clase, el profesor promueve la construcción de conocimiento a partir de la formulación de preguntas y el aprendizaje se constituye como un proceso de descubrimiento activo. El profesor debe crear entornos seguros y distendidos en los que el alumno pueda cuestionar y reflexionar sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Adicionalmente, este debe diseñar tareas auténticas, contextualizadas y basadas en el mundo real, además de promover la colaboración y proveer los recursos didácticos necesarios. Por lo tanto, la programación debe ser flexible para garantizar la construcción de aprendizaje significativo a partir de preguntas (UCD Dublin, s.f.).

Los contenidos deben plantear problemas del mundo real, estar contextualizados y mostrar su utilidad. El conocimiento es dinámico, se encuentra en constante evolución; rompiendo con la concepción de que estos son hechos inertes que el alumno debe aprender (Coll, 2002).

Las opciones metodológicas más importantes son el aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en simulaciones, planteamientos de estudios de caso y aprendizaje incidental; siempre partiendo del trabajo cooperativo (UCD Dublin, s.f.). El aprendizaje basado en problemas utiliza un contexto relevante y real, creando una disonancia cognitiva que facilita la implicación y compromiso del alumno en el proceso de aprendizaje. Se promueve el desarrollo de un aprendizaje significativo y desarrollo del pensamiento crítico.

Los estilos de enseñanza fomentan la participación del alumno y lo implican cognoscitivamente en su aprendizaje, recurriendo al descubrimiento guiado, en el que cobra una especial relevancia el diálogo (Delgado-Noguera, 1991). Se aplican cuatro estrategias cognitivas: preguntar, resumir, clarificar y predecir. Los estudiantes hacen preguntas, investigan acerca de un tema, y usan distintos recursos para encontrar una solución. En el proceso de investigación los alumnos extraen conclusiones, reformulan sus preguntas, exploran nuevas posibilidades y redefinen sus conclusiones (UCD Dublin, s.f.). Se aplica la enseñanza recíproca en la que los alumnos se organizan en pequeños grupos heterogéneos en el que los estudiantes asumen un mayor grado de responsabilidad por el material, se establecen relaciones entre los compañeros y se adquieren habilidades para el aprendizaje y el éxito (Coll, 2002).

Las principales actividades de enseñanza-aprendizaje son solución de problemas, discusiones y debates. Las discusiones pueden ser comenzadas a partir de presentación de determinados conceptos, problemas, escenarios y es guiada a través de preguntas, y clarificaciones de conceptos y relación con conocimientos previos (Coll, 2002).

La evaluación es una herramienta que permite valorar el aprendizaje del estudiante y su progreso; no debe convertirse en un proceso estresante y desmoralizante. Entre los instrumentos de evaluación se usan portfolios, estudios de caso, proyectos en grupo, presentaciones verbales o posters, debates y juego de roles. El estudiante debe estar involucrado dentro del proceso evaluativo estableciendo los criterios, métodos, calificaciones y retroalimentación (UCD Dublin, s.f.).

Bibliografía:

  • Coll, C. et al. (2002). El constructivismo en el aula. (13a.ed.). Barcelona: Graó.
  • Delgado-Noguera, M.A. (1991). Los Estilos de Enseñanza en laEducación Física. Propuesta para una Reforma de la Enseñanza. Granada:Editorial ICE.
  • UCD Dublin(s.f.) Constructivismand social constructivism in the classroom. University College Dublin.