Shelly Gable, profesora de psicología en la Universidad de California, ha estudiado el efecto de las respuestas constructivas en clase e identifica cuatro posibles respuestas (MindTools, s.f.):
- Activo-constructivas: El profesor muestra interés, entusiasmo y apoyo y establece contacto visual. Interacción auténtica.
- Pasivo-constructivas: El profesor parece positivo, pero su respuesta no parece muy interesada y no se realiza ninguna otra pregunta.
- Activo-destructivas: El profesor se centra en los aspectos negativos y menosprecia el esfuerzo.
- Pasivo-destructivas: El profesor no reconoce el esfuerzo e ignora la respuesta.
Pongamos un ejemplo que podría tener lugar en clase:
Situación 1 – Alberto ha respondido correctamente a una pregunta. Posibles respuestas:
- Activo-constructivas: “Alberto has dado en el clavo. Es genial que te hayas acordado de sumar el número que te llevabas, sigue así.”
- Pasivo-constructivas: “Bien”.
- Activo-destructivas: “Alberto, estoy sorprendido de que hicieras los deberes por una vez”.
- Pasivo-destructivas: “¿Alguna otra respuesta?”
Situación 2 – Alberto ha respondido incorrectamente a una pregunta. Posibles respuestas:
- Activo-constructivas: “Alberto, es genial todo el esfuerzo que estás poniendo. Recuerda sumar el número que te llevas en las decenas, siempre que sea necesario. Inténtalo de nuevo”.
- Pasivo-constructivas: “Inténtalo otra vez Alberto”.
- Activo-destructivas: “Alberto, muy mal, ¿por qué no pones más esfuerzo?”
- Pasivo-destructivas: “Vamos a continuar”.
Las respuestas activo-constructivas tienen un impacto muy positivo en los alumnos y mejoran la calidad de la relación, construyendo un clima de confianza y entendimiento. Estas relaciones positivas generan sentimientos positivos como felicidad, confianza en uno mismo y reducen el estrés (MindTools, s.f.).
Recuerda que el tono de la voz y el lenguaje corporal son también muy importantes y tienen que estar acordes con el lenguaje utilizado. Sonreír es otra de las estrategias más exitosas para crear un clima positivo en la clase (Levin, s.f.).
Como profesor es necesario ser consciente de cómo respondemos ante los alumnos ya que esto puede afectar directamente en su conducta y rendimiento. David Yager ha estudiado la relación profesor-alumno y observó que las expectativas que el profesor tiene acerca de un determinado alumno, tanto positivas como negativas, acaban determinando el comportamiento y rendimiento de dicho alumno. Este efecto es conocido como efecto Pigmalión o teoría de la profecía autorrealizada. Si un profesor tiene expectativas positivas acerca de un determinado alumno, es probable que lo acabe tratando de forma distinta, por ejemplo generando más estímulos o siendo más paciente; y el alumno acaba respondiendo de una manera diferente, confirmando las expectativas del profesor. Por lo tanto, como profesor es necesario tener una actitud y expectativas positivas para favorecer los resultados de los alumnos.
Bibliografía:
- MindTools (s.f.). Gable’s four responses to good new. MindTools. Recuperado de: https://www.mindtools.com/pages/article/gables-responses-to-good-news.htm
- Levin, D. (s.f.). Teaching Character and Creating Positive Classrooms en Coursera. Documento publicado por Relay Graduate School of Education clases en línea, archivado en: https://www.coursera.org/learn/teaching-character